El lugar no era nuevo para mí, cientos de veces había recorrido lugares similares, y ése un par de veces. El parecido siempre es el mismo, lagos, ríos, colinas, montañas, caminos de tierra, piedras disidentes que se separan del camino y otras que señalan el sendero como si tuviesen un propósito más que su inamovilidad natural, pero hoy era distinto, la capa del verde pálido que recubría la colina anunciaba el cambio de la estación, la danza de las hojas marchitas con el viento era el cortejo del verano saliente al otoño. El marrón, amarillo y rojo de las hojas adornaban el camino y se escuchaba el silbido del viento al golpear los árboles,
Hoy me deleito con el destino, con la idea de propósito predeterminado, de camino trazado. Escucho a muchos, conocidos y desconocidos, hablar sobre esta fuerza coercitiva, sobre esta inescapable verdad supuesta que le resta libertad a la vida y le agrega un misterio por siempre indescifrable. La idea de que nos encontramos y somos por un propósito más allá del que fija la voluntad me parece asfixiante. Pero después de todo, muchas ideas generan ese efecto, y ésta como otras son intermitentes en el tiempo.
Pero si sólo soy un eslabón en la cadena de causas que generan efectos y estos a la vez se con
La figura se mueve tan constante como las agujas de un reloj giran declarando el pasar del tiempo, y aun cuando éstas dejen de palpitar en su mecanico andar, nada ha de cambiar pues los segundos se marchitan, los minutos se emancipan y el tiempo sigue su camino.
La figura es como el tiempo, se denota, se trata de clasificar, de ordenar, se percibe sin degustarlo o sin verlo, sin oirlo, sin tocarlo o sin olerlo y aun asi su existencia es tan real como cualquier objeto siendo víctima de la gravedad. La figura es la anfitriona del más exótico lugar en los pensamientos de su huesped, por que lo que ofrece no t
Justicia
La dama se desliza por el corazon del hombre, sin dejar a veces rastros a su paso. Su cara es inexpresiva y delicada, con tan solo una brisa desaparece y lo único que la ata, que la mantiene, que la enaltece, es aquello que defiende: la verdad. La justicia es la más seductora de las amantes, la más cariñosa de las madres y la más cruel de los verdugos. Es la artista que perfila, que esculpe al hombre, que detalla su imperfecto rostro, que reconoce sus virtudes e ignora sus defectos. Sin ella somos huérfanos de la razón, despojos de la naturaleza, olvidos de nuestra propia existencia. La dama just
El mundo actual vive tiempos que para algunos está determinando el alcance de una nueva era de realización humana. No nos referimos al auge tecnológico y científico que se ha efectuado en los últimos cincuenta años, ya que estos vertiginosos avances son tan sólo una consecuencia de lo que realmente ha motivado estos acelerados adelantos. Me refiero a la recuperación y el renacer de la idolatría a la noción renacentista cuyo planteamiento entiende al conocimiento que gira en torno al hombre, un verdadero repunte del movimiento antropocentrista. Para definir esta postura hay que clarificar las v
REBELIÓN
No existe otro sentimiento o acto más humano, que el acto de rebeldía. Una actuación que ha llevado al hombre a elevarse por encima de ordenes y sistemas que han pretendido arbitrariamente usar su poder para conquistar el espiríritu del hombre a través del engaño de la conciencia que denigra la razón. No existe mayor representación del espirítu del hombre que aquella relatada en los primeros capitulos de la Biblia, donde el hombre fue condenado por haber tomado los frutos del arbol prohibido, en representación y en contradiccion del mandato divino. La razón es
El lugar no era nuevo para mí, cientos de veces había recorrido lugares similares, y ése un par de veces. El parecido siempre es el mismo, lagos, ríos, colinas, montañas, caminos de tierra, piedras disidentes que se separan del camino y otras que señalan el sendero como si tuviesen un propósito más que su inamovilidad natural, pero hoy era distinto, la capa del verde pálido que recubría la colina anunciaba el cambio de la estación, la danza de las hojas marchitas con el viento era el cortejo del verano saliente al otoño. El marrón, amarillo y rojo de las hojas adornaban el camino y se escuchaba el silbido del viento al golpear los árboles,
Hoy me deleito con el destino, con la idea de propósito predeterminado, de camino trazado. Escucho a muchos, conocidos y desconocidos, hablar sobre esta fuerza coercitiva, sobre esta inescapable verdad supuesta que le resta libertad a la vida y le agrega un misterio por siempre indescifrable. La idea de que nos encontramos y somos por un propósito más allá del que fija la voluntad me parece asfixiante. Pero después de todo, muchas ideas generan ese efecto, y ésta como otras son intermitentes en el tiempo.
Pero si sólo soy un eslabón en la cadena de causas que generan efectos y estos a la vez se con
La figura se mueve tan constante como las agujas de un reloj giran declarando el pasar del tiempo, y aun cuando éstas dejen de palpitar en su mecanico andar, nada ha de cambiar pues los segundos se marchitan, los minutos se emancipan y el tiempo sigue su camino.
La figura es como el tiempo, se denota, se trata de clasificar, de ordenar, se percibe sin degustarlo o sin verlo, sin oirlo, sin tocarlo o sin olerlo y aun asi su existencia es tan real como cualquier objeto siendo víctima de la gravedad. La figura es la anfitriona del más exótico lugar en los pensamientos de su huesped, por que lo que ofrece no t
Justicia
La dama se desliza por el corazon del hombre, sin dejar a veces rastros a su paso. Su cara es inexpresiva y delicada, con tan solo una brisa desaparece y lo único que la ata, que la mantiene, que la enaltece, es aquello que defiende: la verdad. La justicia es la más seductora de las amantes, la más cariñosa de las madres y la más cruel de los verdugos. Es la artista que perfila, que esculpe al hombre, que detalla su imperfecto rostro, que reconoce sus virtudes e ignora sus defectos. Sin ella somos huérfanos de la razón, despojos de la naturaleza, olvidos de nuestra propia existencia. La dama just
El mundo actual vive tiempos que para algunos está determinando el alcance de una nueva era de realización humana. No nos referimos al auge tecnológico y científico que se ha efectuado en los últimos cincuenta años, ya que estos vertiginosos avances son tan sólo una consecuencia de lo que realmente ha motivado estos acelerados adelantos. Me refiero a la recuperación y el renacer de la idolatría a la noción renacentista cuyo planteamiento entiende al conocimiento que gira en torno al hombre, un verdadero repunte del movimiento antropocentrista. Para definir esta postura hay que clarificar las v
REBELIÓN
No existe otro sentimiento o acto más humano, que el acto de rebeldía. Una actuación que ha llevado al hombre a elevarse por encima de ordenes y sistemas que han pretendido arbitrariamente usar su poder para conquistar el espiríritu del hombre a través del engaño de la conciencia que denigra la razón. No existe mayor representación del espirítu del hombre que aquella relatada en los primeros capitulos de la Biblia, donde el hombre fue condenado por haber tomado los frutos del arbol prohibido, en representación y en contradiccion del mandato divino. La razón es
No existe otro sentimiento o acto más humano, que el acto de rebeldía. Una actuación que ha llevado al hombre a elevarse por encima de ordenes y sistemas que han pretendido arbitrariamente usar su poder para conquistar el espiríritu del hombre a través del engaño de la conciencia que denigra la razón. No existe mayor representación del espirítu del hombre que aquella relatada en los primeros capitulos de la Biblia, donde el hombre fue condenado por haber tomado los frutos del arbol prohibido, en representación y en contradiccion del mandato divino. La razón es la prisión de las sombr